La lluvia no fue lo único que inquietó a los neoyorquinos este lunes. Entre paraguas y charcos, un nuevo temor se apoderó de la comunidad inmigrante tras reportes de que el IRS podría compartir información fiscal de quienes presentan sus impuestos con un ITIN Number.
Para Clara Mendoza, madre salvadoreña que ha trabajado incansablemente desde su llegada a Nueva York en 2016, la noticia fue devastadora. “Siempre me dijeron que pagar impuestos era lo correcto, que demostraría que somos personas trabajadoras. Ahora, siento que me han tendido una trampa”, confesó con angustia. Sus hijos, ambos nacidos en Estados Unidos, dependen de ella, y la posibilidad de ser localizada por las autoridades migratorias la mantiene en vilo.
Fernando López, un obrero de la construcción originario de Honduras, compartió el mismo sentimiento. “Uno trata de hacer las cosas bien. He trabajado sin descanso, pago mis impuestos porque es mi deber. Pero si el IRS comparte nuestras direcciones con Inmigración, ¿qué nos espera?”, se preguntó, preocupado por su futuro y el de miles en su misma situación.
La incertidumbre ha llevado a muchos a replantearse su obligación fiscal. Marta Rodríguez, quien ayuda a la comunidad a presentar sus declaraciones de impuestos, aseguró que ha recibido innumerables llamadas en las últimas horas. “Mis clientes están asustados. Me preguntan si deben seguir declarando o si esto los pondrá en peligro”, explicó. “Por años, el gobierno aseguró que la información fiscal estaba protegida. Ahora, muchos sienten que eso ha cambiado de la noche a la mañana”.
Abogados y defensores de los derechos de los inmigrantes han advertido que esta medida, si se concreta, podría afectar gravemente la recaudación de impuestos y el bienestar de miles de familias trabajadoras. “El miedo a la deportación podría llevar a muchos a no declarar, lo que significaría pérdidas millonarias para el sistema”, explicó Rafael Domínguez, abogado especializado en inmigración. “El impacto sería devastador no solo para los inmigrantes, sino para la economía en general”.
Mientras tanto, organizaciones como Make the Road New York han instado a la comunidad a buscar asesoría antes de tomar decisiones precipitadas. “Es crucial informarse y no actuar desde el pánico. Hay que estar preparados, pero también organizados”, señaló Ana Suárez, portavoz del grupo.
A medida que se acerca la fecha límite para la declaración de impuestos, el debate continúa. La comunidad inmigrante se enfrenta a una difícil disyuntiva: seguir cumpliendo con sus obligaciones fiscales o protegerse ante una posible persecución. En un clima de incertidumbre, la esperanza se aferra a la posibilidad de que los derechos de los contribuyentes sigan siendo respetados.